En los primeros meses de la crisis económica actual, el capitalismo en sí mismo y algunos de sus más claros exponentes, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o los mercados financieros, fueron objeto del mayor cuestionamiento por parte de líderes políticos e instituciones desde la desaparición del socialismo real. Resultaba cuanto menos sorprendente ver a algunos de los paladines del liberalismo mundial como Angela Merkel o Nicolas Sarkozy proponiendo "refundar el capitalismo sobre unas bases éticas" y establecer una serie de normas para regular el funcionamiento de los mercados financieros y evitar futuras catástrofes mundiales.
Igual de grande que mi sorpresa fue la rapidez con la que este tipo de argumentaciones empezaron a esfumarse, muy discretamente, como quien no quiere la cosa. El rodillo liberal volvió a hacerse fuerte (si es que alguna vez dejó de serlo). El cuestionamiento del capitalismo nada más que fue un espejismo. La lógica del sistema y sus acólitos encontraron muy rápidamente un nuevo culpable de todos nuestros males: el déficit público, causado por el gasto social. Hay que reconocer que la pirueta dialéctica que han hecho tiene su mérito. Hay que ser muy hábil para hacernos creer a todo el mundo en tan poco tiempo que el verdadero culpable de la crisis es el gasto social. Un gasto social que en el caso de España se sitúa a la cola de Europa. Somos el farolillo rojo de Europa, junto a Portugal y Grecia, en cuanto a prestaciones sociales y servicios públicos. Eso sí. Somos líderes en tasa de paro total, en paro juvenil, en fracaso escolar, en consumición de drogas, en muertes en accidentes laboral y por violencia machista, en economía sumergida y en corrupción.
¿Es realmente posible que el gasto social sea el culpable del déficit y por tanto de la crisis? Si hubiera un gasto social desmesurado no contaríamos con cifras como las siguientes: 20% de paro, 40% de paro juvenil, 30% de fracaso escolar, 30% de jóvenes consumidores de drogas, cientos de trabajadores muertos cada año, decenas de mujeres asesinadas por sus parejas al año, alrededor de un 20% de la economía del país es sumergida, cientos de cargos públicos imputados por corrupción.... y un largo etcétera.
No. El gasto social no es el culpable. Nuestro gasto social es irrisorio en comparación con otros países europeos. Gran parte del tan manido déficit público ha sido causado por las enormes inyecciones de miles de millones a bancos y mercados, al rescate de aquellos que sí han causado la crisis.
La táctica de culpabilizar al gasto público persigue un fin último: la bajada de los salarios. Si teniendo un gasto social tan pobre poseemos las estadísticas anteriormente citadas, ¿cómo serán en un futuro si el gasto se sigue recortando? Mermando el sistema de prestaciones sociales y servicios públicos, persiguen que los trabajadores se vean obligados a aceptar cualquier trabajo que se les ofrezca, aun siéndoles reducidos los salarios.
El déficit público cierra agosto en el 3,3% del PIB
La necesidad de financiación de la Administración Central modera su recorte frente a 2009 al 42% pese al fuerte repunte de los ingresos y el IVA
EL PAÍS - Madrid - 27/09/2010
La mejoría de las cuentas públicas continúa, aunque el dato de agosto no ha sido tan bueno como el de julio. Según ha avanzado el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, el déficit público se ha reducido un 42% a cierre de agosto con respecto al mismo mes de 2009. En total, los 34.849 millones de necesidad de financiación que tiene el Estado en los primeros ocho meses del año equivalen al 3,3% del Producto Interior Bruto, por encima del 2,44% de julio, cuando el recorte sobre la cifra de 2009 era de un 48%.
En términos de caja, una metodología contable que anota los ingresos y pagos que efectivamente se han realizado, el déficit del Estado ascendió a 37.054 millones de euros en los ocho primeros meses del año, frente al saldo negativo de 62.452 millones registrado en el mismo periodo del año anterior.
Según ha destacado Ocaña, el plan de ajuste del Gobierno, cuyo último capítulo se encuentra en los Presupuestos más restrictivos en años aprobados el viernes, continúa dando sus frutos. "La senda de consolidación fiscal da los resultados que cabía esperar", ha afirmado. El principal efecto del ahorro es que el gasto no financiero en términos de caja cae un 4,6%, frente al 2,5% del mes anterior, hasta alcanzar los 115.984 millones de euros. También mejora el apartado de ingresos no financieros, que aumenta un 10% hasta los 110.742 millones antes de descontar la participación de las comunidades y ayuntamientos.
Así, los ingresos impositivos crecieron por sexto mes consecutivo con un 13,8% gracias a las medidas de consolidación fiscal aprobadas por el Gobierno y a las menores devoluciones del IVA, cuya recaudación creció un 66,2%, hasta 31.278 millones. En este apartado, destaca que el mejor comportamiento de este impuesto al consumo, principalmente, y el alza del 5,7% en el IRPF compensan el recorte interanual del 23,5% en el de Sociedades. Sobre el aumento del impuesto, "el dato de agosto todavía no permite valorar el impacto de la subida de tipos", añade el Ministerio de Economía. Sin tener en cuenta el impacto de las medidas de ajuste, la mejora de los ingresos por impuestos sería del 6,9%.
Para final de año, el Gobierno confía en reducir el déficit del conjunto de las administraciones al 9,3% desde el 11,1% de 2009. Del total, la administración central será el responsable de un 6,7% del déficit público. Según ha valorado Ocaña, el Ejecutivo se encuentra "cómodo" con sus previsiones y ha defendido que éstas también son "razonables" para el próximo año, para cuando espera una reducción hasta el 6% del PIB.
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