Ya termina el cuatrimestre y estamos un pasito más cerca de licenciarnos. ¡Qué rápido pasan los meses! He de reconocer que los primeros días de clase estaba un poco desconcertado con el método de trabajo. El hecho de tener que construir este blog me parecía un reto, ya que nunca me había convencido demasiado esta dinámica. Los blogs suelen reflejar unas posiciones bastante individualistas y narcisistas, aunque tal vez no sea tanto por el blog en sí mismo, sino de la manera en que se utilizan estas herramientas. Los blogs de los compañeros han resultado de lo más interesantes y creo que han facilitado el aprendizaje colectivo. ¡Enhorabuena por ello amigos!
Por otro lado, comentaré acerca del trabajo en grupo. Estos meses de dinámica grupal me han servido para reafirmar todo lo que pensaba sobre ello, tanto las ventajas como los inconvenientes. No solemos estar demasiado dispuestos a trabajar en grupo por la manera en que hemos sido enseñados desde pequeños. No es nada fácil romper con esa predisposición tan interiorizada. Además, el hecho de que la mayoría de la gente de clase no nos conociéramos de nada lo dificulta quizá un poco más. También es difícil compaginar el trabajo, sobre todo cuando cada persona tiene unas espectativas personales sobre la asignatura que no tiene por qué coincidir. Aún así, el trabajo en equipo potencia la producción intelectual más allá de lo que alcanza una sola persona. La puesta en común de diferentes puntos de vista permite construir un conocimiento mucho más elaborado.
Para concluir, es cierto que todas estas dinámicas suponen una buena innovación respecto a la clásica manera de impartir una asignatura. Sin embargo, es imposible romper 100% con ese modelo, como así demuestra el hecho de que haya que evaluar al final.
Mi valoración final sobre la asignatura es un notable.
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